martes, 17 de septiembre de 2013

Gritar menos a los hijos


Naranja es el color de la voluntad, de la fuerza y el cambio positivo , es el color de la energía y el entusiasmo que se necesitan para comenzar un proyecto, por eso lo utilicé para el blog y me hace mucha gracia enterarme por la fantástica entrada de Maite  ¿Qué pasa cuando los niños crecen?  de que alguien al otro lado del charco hace poco más de un año pintó de naranja un gran blog: "el desafío del rinoceronte naranja" 


Según las palabras de la autora : "El Rinoceronte es un animal tenaz, vigoroso y de naturaleza pacífica pero que muestra un comportamiento agresivo cuando se le provoca" (¿os suena de algo? a mí sí ) "Soy totalmente rinoceronte, pero quiero perder la parte agresiva y ganar en la vigorosa. Necesito calor y energía. Está claro que necesito más color naranja en mi vida, sobre todo porque evoca sentimientos de determinación que seguro voy a necesitar  para vencer el desafío."

Su lema "gritar menos, amar más" se ha convertido en un lema al que otros muchos se unen por facebook. o por twiter, para buscar apoyo y que sea más fácil continuar con el compromiso.

El movimiento está descrito muy bien aquí.



The orange rhino estaba haciendo obras en casa para hacer sitio a su nuevo bebé y uno de los trabajadores la "pilló" gritándoles como un basilisco a sus tres hijos mayores (de 5, 3.5 y 2 años). Ella se quedó sin saber qué decir, mortificándose, y en ese momento tuvo una epifanía que es digna de leer y que es el origen del blog, os la traduzco intentando mantener su estilo:

"Durante los nueve meses que los trabajadores vivieron con nosotros , solo grite a lo bestia cuatro o cinco veces, me parece que la cifra está muy bien, PERO solo lo hice así de bien porque tenía un público y me preocupaba qué pensarían de mí. Un público al que quería dar una buena impresión, al que quería mostrar que yo era una madre equilibrada (que ,por cierto, no soy). Un público, que al terminar el trabajo se iría y no volvería a ver, al contrario que a mis hijos, a los que veré todos los días por mucho, mucho tiempo, si Dios quiere.

Utilicemos la lógica: Si por gente a la que no voy a volver a ver no les grito. Por mis propios hijos a los que voy a ver todos los días... no les puedo gritar. ¿CÓMO ES QUE LO HAGO AL REVÉS? Me estoy equivocando.

 Estoy especialmente equivocada porque resulta que SÍ TENGO PÚBLICO, el que forman mis cuatro hijos. Es EL ÚNICO PÚBLICO que importa. Amo muchísimo a mi público y me importa muchísimo lo que piensen de mí.

En ese momento humillante me di cuenta de que estaba haciendo un gran esfuerzo por la gente equivocada.

No quiero que mis hijos piensen que "soy una bruja" o que digan "no me gusta cuando me gritas, pienso que ya no me quieres"... Ay, eso duele... O cuando mi hijo de 5 años le dijo a mi madre "yo soy igual que mamá, grito todo el tiempo cuando estoy enfadado". Realmente dio en el blanco. Esta es la forma en que me ven mis hijos...Y la forma en la que empiezan a relacionarse entre sí. Están empezando a gritar...Igual que yo. Bonito legado les estoy trasmitiendo, ¿eh? Y no hay que olvidar los sentimientos de vergüenza, miedo y tristeza que no dudo que les trasmita cuando empiezo a despotricar...No es exactamente lo que preveía enseñar a mis hijos...

El resto del día tuve mejor comportamiento y me costó UN MONTÓN, pero UN MONTÓN de atención, paciencia y determinación. Grité unas pocas veces más, porque ese día estaba perdido ya y yo no tenía dentro de mí cómo hacerlo mejor. Snif."


El blog ha tenido una gran acogida  y al leerlo no me extraña, por su sinceridad y porque ha dado en el clavo al responder de forma divertida y práctica a una  necesidad que muchos tenemos.

 Que los hijos te saquen de quicio para muchos es como tener hemorroides, que lo sufres, te mortifica, pero es un tema delicado para compartir. No sabes cómo actuar y el estrés te descompone la cara, que justo compones al salir del portal, o te pones gafas de sol para que no se vean tus ojos crispados. The Orange Rhino Challenge propone 100 formas para no gritar, algunas son desternillantes, y según dice ella en sus más de 356 días de reto superado, las ha probado todas.





 Porque me transmite su honestidad, creatividad y entusiasmo para mejorar, yo también me uno al desafío: Yo también quiero dejar de gritar a mis hijas para mejorar el clima emocional en casa y que todos nos sintamos mejor. Quiero establecer una forma de relacionarme con mis hijas que deje atrás los juicios. Uffff!!! Qué de naranja voy a necesitar!!