Entramos de lleno en las tardes de otoño,en las que generalmente me quedo con mis dos hijas en casa,siento como el sol se va al otro lado del mundo, yo me imagino que amanece en una playa de Brasil, como las que recorria Vinicius y mi energia vital va bajando.
Anochece pronto pero el ritmo de la ciudad no se detiene.
Las necesidades humanas no son escuchadas y el biorritmo se adultera con estimulantes.
El sol desaparece y necesito un nuevo estimulo que me alumbre en la oscuridad que llega,necesito encender la luz naranja de mi sol interior, la energia vital de mi vientre de mujer.
segun Enric Corbera la hora bruja empieza a las 12 de la medianoche y termina sobre las 5 de la mañana, mis horas de lucha con mi sombra son siempre por la tarde, es mi prueba diaria. La mayoria de tardes el pulso me lo gana la sombra y yo me siento pequeña, pero tengo la esperanza de que con este blog y mis clases de Danza del Vientre la tarde se llene de luz naranja.
Ademas, ya llega Halloween, para celebrar la sombra con mucho naranja.
Acompañando en su crecimiento a mis dos hijas,tengo la consciencia de que ellas son las que me enseñan, pues ser su madre me coloca ante las grandes preguntas filosóficas: qué es el ser humano, qué es la ética, qué es la educación, y sobre todo, quién soy yo. Y todo esto en la más prosaica cotidianeidad, mientras paso la bayeta, afronto una rabieta o cambio un pañal. Esta "filosofía de campo", de transitar los caminos que se inician en las preguntas, es lo que aquí os comparto.
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