lunes, 18 de noviembre de 2013

En defensa del juego libre en la infancia

Se nos ha enseñado a admirar lo grande, pero no a descubrir la belleza de lo pequeño o la
sabiduría que se esconde en lo simple y ordinario. Hemos aprendido a escuchar la voz de
la autoridad en la exaltación de los sermones, en el brillo de los discursos o en el
entusiasmo vociferante de las arengas; pero si queremos criar seres capaces de escuchar
algún día esa “pequeña voz” a través de la cual la divinidad le habló a Elías, más vale que
comencemos por escuchar a los niños.
Creo que en medio del derrumbe de la civilización que hemos conocido, les está sirviendo a los
 niños el mayor interés que muchos adultos sienten por conocerse mejor a si mismos; pero militan
 siempre contra ellos nuestra limitada capacidad de amar, nuestras muchas necesidades neuróticas 
y nuestra exagerada confianza en lo que pretende ser “educación” y más tiene de adoctrinamiento 
que de apoyo al desarrollo de la mente. 
Es necesario que la educación vuelva a interesarse en ese aspecto profundo de la mente del que depende
  el sentido de la vida y la armonía de nuestras partes interiores: eso que tradicionalmente se ha llamado 
‘espíritu”, y al que la UNESCO ha querido llamar la atención señalando que no sólo interesa que 
se aprenda a hacer, a aprender, y a convivir, sino que también a “ser”.  
"Educación para acabar con el patriarcado" Claudio Naranjo


Siendo madre tomé la decisión de respetar profundamente a mis hijas, de escucharlas activamente, de crecer con ellas...
  En la apertura y la honestidad absolutas que mis hijas me dan, se mira sin miedo la niña que  fui  aún soy. La maternidad en mi vida tiene un aspecto terapeútico, de coserme el alma con amor, de colmarme de agradecimiento a la vida, de aceptación a mí misma con toooodas mis circunstancias pasadas y presentes. Mi trabajo interno de crecimiento personal encuentra en ellas a las maestras más reveladoras, son el espejo donde veo lo que debo aprender, lo que debo sanar en mí. Gracias a ellas profundizo en mi ser, tomo consciencia y desago nudos emocionales que condicionan mi percepción y que duelen. Mis hijas hacen que mire hacia dentro para resolver el problema que percibo fuera.

La infancia es el asentarse en este mundo, es "tomar tierra" en el propio cuerpo , para ello los niños necesitan a los padres presentes,conscientes del "milagro" que viven, que les den las condiciones para SER LO que HAN VENIDO a SER, que les den ese espacio de respeto donde se desarrollen y se muevan LIBREMENTE.  El campo de posibilidades de los niños es tan diverso como ellos mismos, dejemos que esa diversidad se encarne en sus cuerpos y se materialice en el mundo. Es lo más importante que podemos hacer por ellos y por nosotros.

En el juego libre la expresión es propia, el acto de jugar no es para otros, no es competitiva, se explica en sí misma y se vive con intensidad.
Me encanta observar a mis niñas en su juego libre: a menudo la entrada de casa se convierte en su "casa de Inglaterra". Las dos acarrean por el pasillo cojines, sillas, alfombras, mantas,...Todo lo que pueden, se lo llevan como hormiguitas y se construyen un espacio funcional, donde pueden seguir desarrollando el juego con sus reglas. El regalo más amoroso que les doy consiste en dejarles hacer, sin intervenir.

Por supuesto que las reglas básicas se siguen manteniendo: no hacerse daño y no coger para jugar cosas que se puedan romper fácilmente o que son para nosotros importantes.

Qué buen espejo son los hijos, en las mias veo reflejados mis errores áreas de mejora, los comportamientos inconscientes al ser mirados directamente a través de sus juegos, se vuelven conscientes, ya no tienen sitio para esconderse.En este sentido el juego libre de mis hijas me da información muy valiosa para mí, también acerca de cómo ellas viven las diferentes situaciones de su vida...es información que sana, que sirve para solucionar.

Los juegos educativos, los juegos dirigidos, también están muy bien, respetando su iniciativa y dirigiendo su motivación se alcanzan objetivos muy intersantes: investigan, relacionan y estructuran conocimientos y aprenden a utilizar herramientas, pero eso digamos... que es educar habilidades , el niño se situa en un rol de estudiante-alumno racional.

Con el juego libre juega desde su esencia, con toda su fuerza y totalidad... a SER ,con todas las posibilidades abiertas, verdaderamente HUMANOS.

Os comparto una ponencia del Primer Congreso ""Aprendemos todos" del 2012, en el que Thurit Armbruster, maestra de infantil, explica y defiende el juego libre.






Y también la intervención de Claudio Naranjo en Redes.




martes, 17 de septiembre de 2013

Gritar menos a los hijos


Naranja es el color de la voluntad, de la fuerza y el cambio positivo , es el color de la energía y el entusiasmo que se necesitan para comenzar un proyecto, por eso lo utilicé para el blog y me hace mucha gracia enterarme por la fantástica entrada de Maite  ¿Qué pasa cuando los niños crecen?  de que alguien al otro lado del charco hace poco más de un año pintó de naranja un gran blog: "el desafío del rinoceronte naranja" 


Según las palabras de la autora : "El Rinoceronte es un animal tenaz, vigoroso y de naturaleza pacífica pero que muestra un comportamiento agresivo cuando se le provoca" (¿os suena de algo? a mí sí ) "Soy totalmente rinoceronte, pero quiero perder la parte agresiva y ganar en la vigorosa. Necesito calor y energía. Está claro que necesito más color naranja en mi vida, sobre todo porque evoca sentimientos de determinación que seguro voy a necesitar  para vencer el desafío."

Su lema "gritar menos, amar más" se ha convertido en un lema al que otros muchos se unen por facebook. o por twiter, para buscar apoyo y que sea más fácil continuar con el compromiso.

El movimiento está descrito muy bien aquí.



The orange rhino estaba haciendo obras en casa para hacer sitio a su nuevo bebé y uno de los trabajadores la "pilló" gritándoles como un basilisco a sus tres hijos mayores (de 5, 3.5 y 2 años). Ella se quedó sin saber qué decir, mortificándose, y en ese momento tuvo una epifanía que es digna de leer y que es el origen del blog, os la traduzco intentando mantener su estilo:

"Durante los nueve meses que los trabajadores vivieron con nosotros , solo grite a lo bestia cuatro o cinco veces, me parece que la cifra está muy bien, PERO solo lo hice así de bien porque tenía un público y me preocupaba qué pensarían de mí. Un público al que quería dar una buena impresión, al que quería mostrar que yo era una madre equilibrada (que ,por cierto, no soy). Un público, que al terminar el trabajo se iría y no volvería a ver, al contrario que a mis hijos, a los que veré todos los días por mucho, mucho tiempo, si Dios quiere.

Utilicemos la lógica: Si por gente a la que no voy a volver a ver no les grito. Por mis propios hijos a los que voy a ver todos los días... no les puedo gritar. ¿CÓMO ES QUE LO HAGO AL REVÉS? Me estoy equivocando.

 Estoy especialmente equivocada porque resulta que SÍ TENGO PÚBLICO, el que forman mis cuatro hijos. Es EL ÚNICO PÚBLICO que importa. Amo muchísimo a mi público y me importa muchísimo lo que piensen de mí.

En ese momento humillante me di cuenta de que estaba haciendo un gran esfuerzo por la gente equivocada.

No quiero que mis hijos piensen que "soy una bruja" o que digan "no me gusta cuando me gritas, pienso que ya no me quieres"... Ay, eso duele... O cuando mi hijo de 5 años le dijo a mi madre "yo soy igual que mamá, grito todo el tiempo cuando estoy enfadado". Realmente dio en el blanco. Esta es la forma en que me ven mis hijos...Y la forma en la que empiezan a relacionarse entre sí. Están empezando a gritar...Igual que yo. Bonito legado les estoy trasmitiendo, ¿eh? Y no hay que olvidar los sentimientos de vergüenza, miedo y tristeza que no dudo que les trasmita cuando empiezo a despotricar...No es exactamente lo que preveía enseñar a mis hijos...

El resto del día tuve mejor comportamiento y me costó UN MONTÓN, pero UN MONTÓN de atención, paciencia y determinación. Grité unas pocas veces más, porque ese día estaba perdido ya y yo no tenía dentro de mí cómo hacerlo mejor. Snif."


El blog ha tenido una gran acogida  y al leerlo no me extraña, por su sinceridad y porque ha dado en el clavo al responder de forma divertida y práctica a una  necesidad que muchos tenemos.

 Que los hijos te saquen de quicio para muchos es como tener hemorroides, que lo sufres, te mortifica, pero es un tema delicado para compartir. No sabes cómo actuar y el estrés te descompone la cara, que justo compones al salir del portal, o te pones gafas de sol para que no se vean tus ojos crispados. The Orange Rhino Challenge propone 100 formas para no gritar, algunas son desternillantes, y según dice ella en sus más de 356 días de reto superado, las ha probado todas.





 Porque me transmite su honestidad, creatividad y entusiasmo para mejorar, yo también me uno al desafío: Yo también quiero dejar de gritar a mis hijas para mejorar el clima emocional en casa y que todos nos sintamos mejor. Quiero establecer una forma de relacionarme con mis hijas que deje atrás los juicios. Uffff!!! Qué de naranja voy a necesitar!!



miércoles, 10 de julio de 2013

Libros para leer en verano: de los grandes escritores para los pequeños lectores

Con el verano a cuestas y con tantas horas para estar juntas da tiempo para tomar café, dar paseos y para volver a una de mis pasiones: investigar en la biblioteca en busca de tesoros, y la verdad es que nos  me he agenciado libros muy evocadores y diferentes, porque con la excusa de que son para las niñas me estoy aficionando a la literatura infantil, sobre todo si se trata de reencontrarse con viejos conocidos que derrochan todo su arte, en esta ocasión para cautivar la imaginación de los lectores infantiles, y de paso la mía, pues los grandes escritores siempre permiten espacio para hacer tu lectura particular y que te resuenen esos "recovecos" de la memoria, aparte de los transitados "lugares comunes" por donde te encauza la trama.  

los libros en cuestión son:

Un misterio en el laberinto de Italo Calvino. Lucía lo terminó estando la tele puesta, y con esto creo que está dicho todo.

Historia de la Resurrección del Papagayo de Eduardo Galeano. Imágenes de Antonio Santos.

Discurso del oso de Julio Cortázar. Ilustraciones de Emilio Urberuaga.

Estos dos últimos son de la editorial Libros del Zorro Rojo, que os recomiendo vehementemente.

 Me encanta la idea de que Lucía entre en la literatura de la mano de editores que tienen la sensibilidad de valorar el arte de la literatura y de las ilustraciones y ofrecérselo al público infantil...Porque, que quereis que os diga...No he entendido nunca el gusto por las sagas de los Stilton, para los chicos Jerónimo y para las chicas Tea, (estereotipos vulgares de género, personajes planos, tramas repetitivas,...) menos mal que a Lucía se le pasó pronto la euforia, y al segundo libro se aburrió y lo abandonó por la mitad con todo mi beneplácito y gratitud.

El gran hallazgo, el que estos días nos tiene maravilladas es Precisamente así de Rudyard Kipling, que lleva el subtítulo exacto de "Historias para los niños y para los que aman a los niños".
 Ya hemos leído un cuento delicioso que explica Por qué tiene la ballena tan singular garganta y ahora sabemos Cómo le salió al dromedario la joroba , cómo se le arrugó la piel al rinoceronte,e incluso, cómo logró el leopardo las manchas de su piel.  Cada cuento finaliza con una pequeña poesía.

A mis seis criados diligentes
les debo todo lo que sé:
se llaman Qué, Quién, Cuándo,
Cómo, Dónde y Por Qué.

Recorren Oriente y Occidente,
van por tierra y por mar,
y cuando lo creo oportuno
les permito descansar.

Así, cuando estoy ocupado,
no tienen nada que hacer
y pueden, durante las comidas,
saciar su hambre y su sed.
Pero cada persona es un mundo:
conozco a una niña curiosa,
y entre sus muchos criados
te aseguro que nadie reposa.
los manda, en cuanto se despierta,
arriba, abajo y de través:
un millón de Cómos y Dóndes,
y siete millones de Por Qués.




Lucía dibujó detalles de las ilustraciones, que son, perdonadme, para caerse la baba.







 


 Las Ilustraciones son de Ángel Domínguez para: Precisamente así, de Rudyard Kipling (Ed. Juventud, 1998, y Círculo de Lectores, 2000)


 Lucía encontró un tesoro también, le gusta elegir los libros por las ilustraciones y se trajo a casa Kodiak de Jacqueline Delaunay.


Y para Alicia cogimos uno nuevo que nos encanta








sábado, 11 de mayo de 2013

10 cosas que toda madre necesita saber

Mira por donde, buscando el mejor bizcocho de chocolate por los blogs para festejar el cumpleaños de mi hermano, me he encontrado con  kid President, y es que claro, este también es negro,tierno, dulce, sustancioso y festivo!! Tanto que su lema es "Don't be in a party. Be a party" y con esta premisa me he puesto "thermomix a la obra"...Dos horas despues de lo esperado, por que no podía dejar de bichear por esta página tannnn inspiradora.




 








Volviendo al bizcocho, me he inspirado para la decoración aquí


Pero la receta es de bizcochodechocolate.com, un blog de primera división con recetas suuuper buenas pero fáciles y una fotografía de tartas que dan ganas de hacerlas comérselas todas.
Ya os contaré si he triunfado.

sábado, 27 de abril de 2013

El síndrome del rotulador rojo

 "Nunca se acaba de comprender. Todo saber auténtico y vivo comporta su halo de bruma y sus zonas oscuras, por lo que deberíamos dedicar aquí un verdadero elogio a la imperfección. Sólo los conocimientos académicos que no sirven y los ejercicios basados en la aplicación repetitiva parecen escapar de esta regla, pero tienen poco que ver con el aprendizaje"


Dudé entre titular la entrada como lo he hecho...O  "la manifestación de la impotencia pedagógica en los profesores"... Porque eso es lo que deduzco de los trazos tensos y en rojo que me encuentro en los cuadernos y libros de mi hija de segundo de primaria. Las correcciones se centran en los errores y los magnifican en rojo.
 El que no se presenten sus errores como naturales al proceso de aprendizaje,hace que Lucía sienta que ha hecho todo mal,cuando es al contrario,cada vez comete menos errores,pero cada vez está más desmotivada a la hora de hacer una redacción o los deberes en los que tiene que escribir.
 Ya sé que la educación pública está en una gran crisis,cada vez tenemos menos recursos y más niños en clase,y que esto es muy estresante para los profesores,pero creo que las crisis también son caldo de cultivo para el surgimiento de soluciones creativas,la buena educación no es exclusivamente una cuestión de recursos económicos.
 Es difícil que con casi el doble de niños por clase se puedan hacer las mismas cosas como siempre y no morir en el intento y comprendo que los profesores estén desbordados. Muchos de los niños,a su vez,están pasando por situaciones familiares y personales muy difíciles,que los descentra y los desmotiva,ésta conjunción de situaciones puede convertir el aula en un entorno hostil donde es complicado que se pueda dar el proceso del aprendizaje.
 El paradigma educativo basado en métodos tales como homogeneizar el trabajo de los alumnos,repetir hasta la saciedad,favorecer la competitividad entre los niños,gritar sistemáticamente y crear orden desde el miedo...el "si no me lo sé la profe me pone un cero" no responde a lo que necesitan los niños para aprender...ni tampoco los maestros para enseñar.



Pero es que, además,se me antojan impropios del sistema educativo de una democracia: No fomentan la propia iniciativa,no respetan  ni se enriquecen con las diferencias culturales y personales sino que las intentan eliminar,no buscan fomentar la capacidad de expresión,la participación,sino la capacidad de sumisión a la figura de autoridad que dirige toda la dinámica en el aula,que,a partir de primaria,no se consensúa en asamblea en clase,fomentan la competitividad en vez del trabajo en equipo y la cooperación entre los niños... !Así se hacen súbditos en vez de ciudadanos!
 El papel didáctico que se le da al error es un buen indicador del modelo pedagógico utilizado en la clase, "es la piedra de toque de una mayor profesionalización en el trabajo de enseñante". Según el conductismo y el trasmisionismo el error se debe castigar, la forma más extendida de hacer esto es el reflejo casi pavloviano de tachar, subrayar y mostrar la falta con el rotulador rojo. " Antes de pararse a pensar si tendrá alguna utilidad didáctica, se siente la incapacidad de actuar de otro modo. Interminables y agotadoras correcciones, sin pensar que vayan a ser eficaces, y sin creer que los alumnos van a tenerlas en cuenta, se sigue perseverando. Siguiendo este juego se cansa uno pronto. Se llega hasta agriar el carácter ¿Y para qué tanto masoquismo? debe existir un sentimiento de obligación moral, a no ser que tenga algo que ver con la relajación muscular del profesor. No prescindimos de la corrección porque es algo que tiene que ver con nuestra identidad profesional, con la idea de la acción y los deberes del enseñante: al menos los alumnos verán que está corregido...también puede tener que ver con el miedo que se siente a la opinión de los padres y a la Administración si ven que dejamos pasar las faltas. 
Pero puede ser algo más íntimo y penoso: los errores de los alumnos hacen que los profesores duden de sí mismos y que piensen en lo ineficaz de la enseñanza impartida. Algo se ha resistido a nuestras explicaciones y nuestro deseo de explicar, incluso a la esencia del poder pedagógico. Por tanto sienten malestar y despecho cuando los alumnos cometen esos errores que se habían tratado de evitar por todos los medios. El castigo, pues,será reactivo :¿no se siente el profesor evaluado, devaluado, puesto en duda su valor profesional y personal? Tanto más cuando el que sabe minimiza el coste cognitivo del que aprende, ya que no es consciente de las operaciones mentales que domina y que ha automatizado...el profesor debe esforzarse por recordar el trabajo que les puede costar a sus alumnos lo que explica". Todo lo intercomillado lo podeis encontrar en este artículo de Jean Pierre Astolfi.
 En las primeras páginas de "la formación del espíritu científico"  G. Bachelard dice: "Los profesores, especialmente los de ciencias, no comprenden que los alumnos no comprenden. Se imaginan que la mente sigue los mismos pasos que una lección, que los alumnos pueden hacerse con una cierta cultura repitiendo la clase una y otra vez, o que pueden llegar a comprender una demostración si se les repite paso a paso".
El error visto como algo negativo, que se intenta evitar a toda costa se da en el conductismo,se trata de guiar la actividad del alumno paso a paso y con instrucciones precisas para realizar una serie estandarizada de ejercicios gradualmente mas complejos. Es lo más utilizado en nuestro sistema educativo,se considera una pedagogía enfocada al éxito,en la que se dan los medios para lograr el comportamiento esperado y para verificar su obtención. Lo que pasa es que el conductismo es una transferencia a lo humano del condicionamiento animal de Pavlov,pero más elaborado,un condicionamiento operativo al modo de Skinner y Watson. La idea es que siempre es posible aprender algo por complejo que sea,tanto en ninos como en animales,con la condición de descomponer su complejidad en etapas elementales,tan reducidas como sea necesario,reforzando positivamente cada adquisición parcial por recompensas en vez de por castigos.
el problema es que nada garantiza que el comportamiento externo que premiamos se corresponda con el interno,lo mental,y más cuando se prohibe por sistema interesarse por lo que pasa dentro de la "caja negra",que son los procesos mentales que pasa un sujeto para emitir una respuesta a cada estímulo.
Ciertamente se evitan errores, puesto que toda programación didáctica,hecha en pequeños escalones,es eficaz en eso,pero ello es a costa de un recorrido estrechamente guiado y predeterminado,que no tiene en cuenta la autonomía intelectual que debe adquirir el que aprende.


Los modelos constructivistas dan otro rol al error,se le considera indicador de  los procesos mentales puestos en juego que no se tiene en cuenta cuando se corrige con el rotulador rojo:"En lugar de ver la diferencia de la norma, se trata de profundizar en la lógica del error y de sacarle partido para mejorar los aprendizajes" . Aprender es arriesgarse a errar, cuando la escuela lo olvida, el sentido común lo recuerda, el único que no se equivoca es el que no hace nada.Cuando damos la oportunidad de experimentar de forma personal los conocimientos que se pretende enseñar,  debemos aceptar el error como indicador de un  progreso intelectual, debemos dar cabida a la expresión de los momentos creativos de los alumnos fuera de una norma que aún no ha sido interiorizada, pues estos forman parte del proceso de apredizaje real. Si no se acepta ese riesgo, se deja a los niños al abrigo de imprevistos y sometidos a la repetición de actividades sin posibilidad de progresar.


                                                                                                   



miércoles, 3 de abril de 2013

De picnic...En el balcón

Las lluvias no dan tregua pero aún así es primavera y tenemos muchas ganas de estar fuera despues de un invierno frío y largo. Un día que salió un poco el sol hicimos unos sandwiches y nos dispusimos a salir, pero una nube negra en el horizonte nos aguó la fiesta y subimos las escaleras de vuelta a casa entre protestas y con bastante frustración.

¿Qué podíamos hacer?...Lucía entró enfadada en la habitación dando un portazo y yo fuí a ponerme un té, a ver si con un poco de espacio y tiempo se le pasaba.

Lo que me encontré cuando llamé para "arreglarlo"... me encantó y por eso os lo comparto.

Habían abierto las ventanas del balcón y colocado unos cojines en el suelo.


Disfrutaron de la merienda jugando a que hacían un picnic en el bosque. Así aprovecharon el sol que pronto se escondería entre las nubes.

Y fue delicioso tomarme el té con ellas mientras mirabamos las flores que han nacido en su balcón.



Terminamos el picnic y tuvimos que cerrar las ventanas porque llovía de nuevo. Pero nos sentíamos como si hubiesemos estado en un lugar muy especial.

Me sentí muy orgullosa y reconfortada.

Como según parece en unos cuantos días no va a ser posible disfrutar de la frondosidad de esta primavera sin mojarse, os comparto unas láminas de ilustraciones  botánicas preciosas del siglo XIX  para ver en casita con un té calentito.



 
Flora centroeuropea de W. Thomé.


viernes, 22 de marzo de 2013

El mago de Oz



Despues de tres meses de tener el blog colgado por razones de reestructuración de horarios y hábitos familiares, vuelvo con una recomendación de lectura, pero no para que lean los niños, sino de libros para leer en voz alta por y para ellos, así desarrollan su imaginación, visualizan las situaciones y se relajan, que falta les hace.

Además yo me lo paso pipa sacando mi lado teatrero, interpretando la lectura y haciendo voces para los distintos personajes. Me gusta el clima íntimo y mágico que cada noche nos regalamos.

Aunque en casa tenemos la costumbre de leer, la política para el fomento de lectura del cole, que consiste en la obligación de leer todos los días y llevar un registro de tiempo de lectura y no de comprensión lectora, estaba acabando con las ganas de leer en familia de Lucía.

Mediante estas lecturas espero devolver el carácter fantástico y de pasárselo genial que el cole en general se carga, igual problema tenemos con las matemáticas ¡qué cruz!.

Como yo,en realidad,soy una cabeza cuadrada encubierta, todo lo estructuro en proyectos para mejorar los procesos educativos en casa, y me he hecho una lista de cuentos clásicos, pero no de los de toda la vida, no, sino de cuentos más o menos contemporaneos que aún incidiendo en los valores humanos, no tienen la moralina y la crueldad de los cuentos de siempre. Además los escojo con un criterio para mí imprescindible y es que sean escritos desde la infancia y no sólo para la infancia.

El primero que le leí fue Matilda de Roald Dahl, me lo recomendo muy sabiamente Maite, de crianza y educación, porque tiene una forma de conducir la frustación de los niños hacia los mayores muy divertida y la niña, al final, gana por goleada.

Lucía lo disfrutó mucho y  me contaba que a veces se sentía como Matilda...

El segundo que ya nos hemos terminado es El mago de Oz de Lyman Frank Baum.Nos encandiló desde el principio y aunque no entendíamos por qué Dorotea quería regresar a una Kansas tan gris, compartimos su alegría al acabar sus aventuras en Oz.

En la lista le siguen:

El hombre que plantaba árboles, de Jean Giono. (Que fue llevado al cine por Frèdéric Back y ganó el Oscar al mejor cortometraje en 1987).


 La historia del doctor Dolittle de Hugh Lofting.

Henri viaja a París de Saul Bass.

Historias de Nadas de Andrés Barba.

El hombre del techo de Jules Feiffer.

Ami, el niño de las estrellas de Enrique Barrios.

Cuentos en verso para niños perversos de Roald Dahl.

Memorias de una vaca de Bernardo Atxaga.


Y para terminar os comparto una iniciativa estupenda de unas abuelas de Argentina que  leen a los niños en escuelas, en hospitales, en comedores... Y van dónde las llamen en su moto como la superabuela y que además, tienen un blog, Abuelas Cuenta Cuentos.